CINE | Reseña: El Brutalista, la deconstrucción del sueño americano - Revista Travesia Pop

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jueves, 13 de febrero de 2025

CINE | Reseña: El Brutalista, la deconstrucción del sueño americano

Saludos aventureros, hoy les compartimos una nueva reseña en la que les hablamos de una de las cintas más aclamadas de 2024 y que aspira actualmente a 10 Premios Oscar, nos referimos a EL BRUTALISTA de Brady Corbet. Un magno drama de tres horas y treinta y cinco minutos que con su impresionante aspecto visual y su inteligente guion nos cuenta la trágica vida de un arquitecto judío nacido en Hungría, que llega a Estados Unidos a finales de los años 40's en busca de un mejor futuro lejos de la guerra y el odio.

Sinopsis:
Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio...

Antecedentes:
La película fue anunciada en septiembre de 2018, poco después del estreno del segundo largometraje de Corbet "Vox Lux", la Productora Andrew Lauren fue confirmada como financiadora del filme con un guion a manos de Corbet y su pareja Mona Fastvold. Originalmente sus protagonistas iban a ser  Joel Edgerton, Mark Rylnace y Marion Cotillard pero finalmente en abril de 2023 fueron elegidos para encabezar el proyecto Adrien Brody, Felicity Jones y Guy Pearce.

Posteriormente, ese año, Focus Features adquirió los derechos para la distribución internacional de la película. El rodaje tuvo que aplazarse entre 2020 y 2022 por la Pandemia de COVID-19 pero finalmente comenzó en Marzo de 2023 en Budapest y concluyo en Mayo de 2023.

La película fue grabada empleando cámaras VistaVision con la intención de estrenar el filme en 70mm y con un formato de imagen amplio lo que facilitaría su estreno en pantallas de gran formato como las salas IMAX, esto de acuerdo al director fue con la intención de imitar la filmografía de la época, sumado a eso tiene la particular característica de estar separada en dos actos con un interludio de 15 minutos.

El Brutalista tuvo su estreno mundial en el 81.º Festival Internacional de Cine de Venecia el 1 de septiembre de 2024, donde compitió por el León de Oro y ganó el León de Plata para Corbet. Los derechos de distribución en Norteamérica fueron adquiridos por A24 que la estrenó allí en diciembre de 2024.
A Colombia la cinta llegó el pasado 06 de Febrero.

Opinión:
Es raro encontrar cine como este: inmenso, colosal, cautivador, pero a la vez profundamente humano, desgarrador e íntimo. El Brutalista es una obra cinematográfica única, un proyecto que se erige como una catedral monumental, construida paso a paso, y que aprovecha al máximo el talento de un actor como Adrien Brody. Su química con la dirección de Brady Corbet resulta evidente en la capacidad de Brody para transmitir emociones complejas y llenar de matices a László Tóth, un personaje que, a la vez encantador y sensible, obsesivo y paranoico, se convierte en una figura solemne que imprime energía a cada escena. Con una interpretación rica y poderosa, Brody sostiene el peso del extenso metraje, complementado por diálogos impactantes y momentos intensos junto a Guy Pearce, quien encarna a Harrison Lee Van Buren. Este último, un reflejo vivo de la sociedad estadounidense de la época, representando la ambición desmedida y los prejuicios que consumen todo a su paso.

Lo que comienza como un relato optimista sobre la perseverancia y las oportunidades de un inmigrante incansable pronto se transforma en una tragedia de proporciones devastadoras. Entre escenarios intimidantes, El Brutalista arrastra a su protagonista a un infierno de dolor, adicciones y pérdidas, como si huir del nazismo y sobrevivir a la guerra no fueran castigos suficientes. La prometida "tierra de las oportunidades" se convierte en otro tipo de prisión para él.

Corbet desmantela, pieza a pieza, la ilusión del sueño americano y las promesas de aceptación y felicidad para László y su familia. En su lugar, los expone a la discriminación, el odio y el juicio constante que enfrentan los migrantes, reflejo de una sociedad diversa pero profundamente fragmentada. Este golpe de realidad resuena aún hoy, evocando las dificultades de los latinos en Estados Unidos, los ucranianos y africanos en Europa, o los palestinos en Medio Oriente.

Sin embargo, más allá de su fuerte carga política —que aunque presente, no es su enfoque—, la película destaca por su propuesta audiovisual. Corbet ofrece una experiencia que parece contener dos películas en una, con estilos que evolucionan a lo largo del metraje. Su interludio narrativo, la estridente banda sonora de Daniel Blumberg, el uso del formato VistaVision, la estética fría y elegante que juega con la luz y las perspectivas (al estilo de Nolan) y los diálogos cargados de ingenio y profundidad se combinan para construir una obra que invita al análisis y la reflexión. Es un relato sobre cómo el dolor y la desesperanza transforman a las personas, pero también sobre su lucha incesante contra la indiferencia y la insensibilidad.

En este contexto destaca Erzsébet Tóth, interpretada de forma magistral por Felicity Jones. Su personaje, marcado por el sufrimiento físico y emocional, emerge como un pilar de fortaleza que sostiene a su sobrina y esposo, mientras este último construye un monumento a su propia ruina, alimentado por los caprichos de un devorador de almas disfrazado de magnate visionario. Las obsesiones de Van Buren, materializadas en sus proyectos arquitectónicos de "mármol de Carrara," no buscan comprender ni trascender, sino consolidar su ego.

El gran logro de El Brutalista radica en su capacidad para explorar la complejidad de los sentimientos humanos y la incansable búsqueda de grandeza. Su narrativa, al igual que la arquitectura que le da nombre, expone una estética áspera y directa que, en su interior, guarda cimientos profundos y estructuras difíciles de entender a simple vista. En este sentido, László Tóth refleja en su obra el ideal estadounidense: un dios gigantesco, lleno de contradicciones, que ensalza el arte solo mientras sirve a sus valores hegemónicos, que ofrece aceptación solo a cambio de asimilación, y que disfraza el control de generosidad.

Así, el desarraigo constante que sufre el personaje de Brody lo expone a sus demonios internos, bajo la mirada implacable de un "ente celoso" que le exige sacrificios en todo sentido para alcanzar el ideal de la eternidad, un esfuerzo máximo en favor de edificar la posteridad al servicio de la identidad de una nación y la alienación de su propio ser.

Nuestra calificación final es: 8.5/10

Póster oficial:

Tráiler oficial:

¡Gracias por leernos!
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