Rampage: Devastación es la adaptación del clásico videojuego arcade de los años 80's que regresa convertido en una enorme película de acción y desastres dirigida por Brad Peyton y protagonizada por el siempre carismático Dwayne Johnson.
Lo más importante al entrar a ver esta producción es entender su público objetivo y su intención al narrarnos el concepto de un juego e intentar convertirlo en una trama coherente.
Rampage es la historia de Davis Okoye (Johnson) un primatologo que tiene un vinculo con un gorila albino de nombre George que ha criado y entrenado desde pequeño. Su relación sufre una transformación cuando el inteligente primate es infectado por un patógeno genético que lo hace crecer de forma colosal y se convierte en un peligro para las personas. Davis debe unir fuerzas con la doctora Kate Caldwell (Naomie Harris) e intentar detener la amenaza de otras criaturas enormes que junto a George podrían destruir al mundo.
Como espectadores amantes de la acción y la destrucción vemos en Rampage una aventura vertiginosa y entretenida, pero si bien la película es otro triunfo para Dwayne Johnson quien no para de cosechar éxitos en taquilla, lo cierto es que no pasa de ser otra producción hecha para que "La Roca" luzca sus músculos tonificados y su sonrisa encantadora excepto que esta vez hay un mono dulce acompañándolo.
Mención especial al personaje de Jeffrey Dean Morgan que si bien parece una mezcla entre Tony Stark y Negan resulta un personaje agradable y que disfrutas ver teniendo protagonismo.
No nos mal entiendan, la película no es un desastre colosal como muchos detractores de Johnson pensarían, tiene elementos de ciencia ficción interesantes (una secuencia inicial inquietante) y en su primera parte parece funcionar, pero una vez que las criaturas comienzan a hacerse gigantes, los perversos hermanos Wyden (Malin Akerman y Jake Lacy) aparecen, hay destrucción por doquier y vemos morir o desaparecer de la historia personajes olvidables entonces notas lo débil que resulta la historia, así como lo poco original que resulta; pues como si de un festival de referencias se tratara vimos recreadas escenas de 'La Momia' de 2017, 'Godzilla' de 2014 y 'King Kong' en un triple ataque.
Hacia el final los chistes tontos, la acción sin respiro y el cierre abrupto de película ochentera no nos molesta tanto pero tampoco nos dejara maravillados, es solo otro disparate de acción con cosas enormes de CGI que se suponen deben sorprendernos a estas alturas.
Rampage es un intento torpe por crear otro universo de seres enormes que de haberse estrenado unas décadas atrás podría haber sido una película pasable, sustentada en la nostalgia del juego y de una manera extraña convertida en material de culto.
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