Tras años de gestarse en la mente del mismo Ryan Reynolds la franquicia de películas sobre el bizarro antihéroe Deadpool toma forma con la segunda entrega, dirigida esta vez por David Leitch (John Wick, Atómica). Esta vez el irreverente personaje debe sacar a flote sus sentimientos para proteger a los que quiere de un destino cruel en manos de un supersoldado de nombre Cable (Josh Brolin), que viene del futuro y está dispuesto a destruir todo por la venganza.
En su primera misión del buen Señor Pool se da cuenta de que puede hacer lo correcto incluso si eso implica matar de la manera más sádica (al menos eso cree él), pero intentar salvar al obeso e inocente Russell (Julian Dennison) le mostrará que más importante que matar por su justicia también el sacrificio y la voluntad de ayudar a otros es una buena senda para ser héroe.
Esta premisa le da profundidad a un personaje que debido a su naturaleza raya entre la demencia y la racionalidad, Reynolds logra un estupendo trabajo interpretando a este antihéroe y entre chistes sexuales y una lluvia de referencias la película nos deja algunas lecciones morales.
Otro elemento a destacar son las secuencias de acción y es que el director Leitch ha demostrado que sabe dirigirla y crea secuencias interesantes, dinámicas y justas, es decir, no todo el tiempo hay sangre y balas, hay espacio para el romance, la tristeza, la amistad "heterodudosa" y los cameos creativos.
Claro esta que esta segunda entrega puede sentirse un tanto repetitiva, en tanto que no sentimos una gran evolución en el personaje de Deadpool más allá de estar consciente de que esta en una secuela y por ello debe ser más grosero, más violento y más "familiar" pero no lo consigue, se siente en un tono indefinido, pues por momentos es tan graciosa como la primera entrega y en otros es tan sería que se siente más cercana a los X-Men de Singer. Sin embargo, esto no puede ser tan malo ya que dice mucho de la versatilidad de la historia y su libertad para incluir, eliminar y destruir elementos de la cultura del cine moderno; pero si se percibe que esta segunda parte más que ofrecer nuevos elementos es un puente para una tercera donde si habrá hechos relevantes.
En conclusión, DEADPOOL 2 es una película dinámica, divertida y llena de acción inventiva, entretenimiento heroico para los más adultos y un aire fresco en la saturación de otras casas productoras, sin embargo, debe aprender que si no quiere pasar a ser una franquicia más debe tomar mayor forma, agregarle más contenido y crear una historia más robusta y secuencial.
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