Saludos aventureros, hoy les traemos una nueva reseña de cine en la que les hablamos de la película estreno LLAMAN A LA PUERTA, el nuevo trabajo del director nominado al Óscar M. Night Shyamalan. Con un reparto llamativo y una premisa cargada de intriga el cineasta regresa a los cines despertando el interés en esta producción de presupuesto modesto.
Sinopsis:
Durante unas vacaciones en una cabaña en un bosque alejada de todo, una niña y sus padres se convierten en rehenes de cuatro desconocidos armados que obligan a la familia a tomar una decisión imposible para evitar el apocalipsis. Con acceso limitado al mundo exterior, la familia deberá decidir qué creer antes de que todo esté perdido.
Lo bueno
M. Night Shyamalan es un director de odios y amores, tiene en su haber enormes éxitos de taquilla y terribles fracasos, cintas que pasaron desapercibidas y otras que pasaron a estar en el imaginario de la gente. Desde sus inicios el cineasta nacido en la India demostró un peculiar modo en contar sus historias, con un gusto particular por jugar con los giros de guion y muchas veces mantener aspectos como la violencia grafica fuera de escena, su estilo narrativo es casi metafórico, con elementos que quedan a la imaginación del espectador, al igual que las sensaciones que pueden producir sus personajes y sus tramas, que recurrentemente refieren a lo sobrenatural, lo espiritual, lo fantástico, lo desconocido y lo atípico.
“Llaman a la puerta” de 2023 es una de esas cintas sencillas y pequeñas del director que dicen mucho con poco y que dividen a las masas en torno a sí estamos ante un intento perezoso de adaptación de un reconocido libro, o una reinvención de la trama “home invasión” común en el suspenso, con tientes religiosos y de crítica social frente a la homofobia.
Shyamalan desarrollo el guion de la película en conjunto con Steve Desmond, reconocido por su trabajo en el corto de terror y ciencia ficción “Monsters” de 2015 que coescribió junto a Michael Sherman. Siendo una película desarrollada a tres manos basada en un material literario previo es lógico encontrar diferencias con la novela, cuyo principal elemento es la desesperanzadora resolución, hecho que Shyamalan ignora y decide cambiar el orden de los hechos y por tanto del resultado final con lo que entre sus ideas originales decide eliminar a un buen antagonista y mantener a otro que no lo es tanto.
Ya adentrándonos en los personajes, la pareja protagonista Eric (Jonathan Groff) y Andrew (Ben Aldridge) hacen un estupendo trabajo, logran crear empatía gracias a flashbacks de su historia y no son típicas victimas. La pequeña Wen (Kristen Cui) es una sagaz y analítica sobreviviente que mantiene el nivel de interpretación a la par que los adultos.
El grupo de invasores destaca especialmente por el personaje de Leonard, interpretado por Dave Bautista, que luce imponente y extrañamente carismático, se comunica con diálogos contundentes y una inquietante serenidad. Del otro extremo está el caótico y perturbado Redmon, a quien Rupert Grint dota con una actitud maniaca y amenazante, su rol es corto y desaprovechado pero disfrutable en tanto que el recordado “Ron Weasley” se roba sus limitadas escenas.
A nivel técnico, Shyamalan es fiel a su estilo y tiene un manejo interesante de la cámara con un recurrente uso de primeros planos y planos detalle que nos hace enfocar la atención en miradas, acciones, lugares u objetos específicos, que adquieren importancia narrativa. Su dirección juega contrastando la cálida e iluminada escenografía con la atmósfera oscura, con un diseño de producción muy simple y un desarrollo en espacios limitados.
La música de Herdís Stefánsdóttir está cargada de mucho dramatismo, cuenta con un destacable uso de violines y efectos de bajo en sus melodías tétricas y desgarradoras, logra transmitir la tensión de las situaciones y la angustia creciente de los personajes. Es llamativo también el contraste de los hechos en la cabaña versus la espectacularidad de las escenas de desastre, que fácilmente pudieron ser mejor aprovechadas y potenciar más la realidad plausible del fin del mundo.
Lo malo
Llaman a la puerta es un “home invasión” apocalíptico que juega con ciertas expectativas y resulta peculiarmente optimista. Es en exceso clara y falla en transmitir un misterio o una sensación de peligro que incomode al público, la limitación de la violencia grafica, sumado a la recortada personalidad de los “invasores” de la cabaña (en especial los roles de Sabrina, que interpreta Nikki Amuka-Bird, y Adrian, que interpreta Abby Quinn) no dejan que sus motivaciones sin profundidad causen mucho impacto.
Luego de un comienzo potente que va directo al grano sin mayor contexto Shyamalan deja caer el ritmo de su historia y la sentimos como un intento más directo pero menos espeluznante de adaptar pasajes bíblicos, concepto en el que sentimos hay mejores ejemplos como Darren Aronofsky con su cinta “Madre” de 2016.
Conclusión
“Llaman a la puerta” tiene una premisa actualizada de la típica trama de suspenso, con protagonistas con una historia y motivos poderosos para cautivar y darnos una lección sobre el amor más puro, pero lo tenue que resulta en realidad la amenaza que los acecha no deja crecer lo que pudo ser una experiencia más tormentosa sobre lo profético y el debate moral para los espectadores. Este Shyamalan limitado a seguir un guion adaptado, al que se ciñe por momentos y abandona en otros, sin lograr giros emocionantes tira hacia lo genérico y deja a la cinta muy por debajo de lo que esperaríamos de un director con su experiencia.
NUESTRA CALIFICACIÓN FINAL ES 5.5/10
Póster oficial
Tráiler oficial
¡Gracias por leernos!
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